viernes, 18 de abril de 2014

Hasta siempre, maestro!


...los inventores de fábulas que todo lo creemos,
nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde
para emprender la creación de la utopía contraria.
Una nueva y arrasadora utopía de la vida,
donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir,
donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad,
y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad
tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

("La soledad de América Latina", discurso premio Nobel 1982)