Creí que aguantaría este ritmo sin pausa, pero no.
En mi afán de no detenerme ni un segundo me puedo perder de muchas cosas, y algunas pueden tornarse irreversibles , como mi salud .
Así que elijo hoy, lo que no quiero hacer. Porque uno no tiene que renunciar ni a su derecho de renunciar , y porque si voy a dedicar mis madrugadas , mis energias , mi tiempo y mis entrañas a algo, que sea a algo que lo merezca, y eso, no es precisamente esta oficina en un primer piso, de una empresa de gaseosas.
¡Nos vemos en Disney!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tomarte un tiempo en comentar :)