domingo, 26 de agosto de 2012

Un ángel para tu soledad

"Tu esqueleto te trajo hasta aquí, con un cuerpo hambriento, veloz. Y aquí gracias a Dios, uno no cree en lo que oye. Ángel de la soledad y de la desolación, preso de tu ilusión, vas a bailar, a bailar bailar."
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El taxi me dejó en la Avenida Javier Prado con San Luis. Al bajar me acordé que no habíamos establecido ningún punto de encuentro, y me vi ante cuatro esquinas separadas por la enorme Javier Prado . Me sentí profundamente solo al no haber traido mis lentes, y frente  al desafío de tener que reconocer a lo lejos a alguien que iba a conocer por primera vez.

Me fumé unos 3 cigarros en la esquina del paradero, girando como brújula sin norte ante todas las direcciones posibles por donde podría asomarse , observaba borrosamente a cada mujer que se pareciera a lo que me esperaba encontrar, al lado mío se juntaban amigos que se encontraban de casualidad en la misma esquina , me daba a fe a mí mismo que no estaba equivocado al no moverme de ahí , pero el tiempo pasaba ...

Después de media hora y totalmente desesperanzado, pensando en cuántas cervezas le compraría a la cusqueña al regresar a casa, la vi venir con 2 amigos más. Nos abrazamos como si fuera un reencuentro de muchos años o de alguna vida pasada, me dijo que ya se estaban por ir, y yo les dije que también, pero, nos saludamos entre todos, nos presentamos , y fuimos a un bar donde "no ibamos a tener roche con nada".

Llegamos a un barcito de la Av. Aviación de cartel verde luminoso, ni me preocupé en ver el nombre, la fachada indicaba que lo que había dicho el amigo de la recién conocida era totalmente cierto y eso me bastaba. El lugar era muy angosto y con las mesas bien pegadas a las paredes, decidimos que lo mejor era sentarnos al fondo. Casi como un acto reflejo, el dueño del lugar nos trajo dos cervezas y 4 vasos con la temperatura ideal.

No pasaron muchos minutos para que la recién conocida se metiera dos gruesas lineas extraídas de una roca de cocaína que su amigo llevaba consigo. La imagen me pareció sensual, mi pervertida mente hizo que hasta me excite verla tomar merca.

-Siento como si de repente, no sé, capaz  me imaginabas de otra forma.
-¿Por qué ?
- Porque no sé, en la semana hablamos y te mostrabas interesado
-Te veo más linda de lo que me imaginaba
-No me mientas
-Soy el mentiroso más fantástico del mundo
-Y yo soy una detectora de mentiras.
-¡Salud por eso!


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